Hay veces que la libertad se escapa,
pues la enganchas y manchas
así todas las noches estrelladas,
para nunca más tener que decir basta.
Miradas con desgana
a esos ojos que se asientan en ventanas,
que tienen miedo
pero no caminan.
Por esta vida que rompe mundos,
muerde esquinas,
escupe sueños
y llora rimas.
Por enamorar al cantar
canciones sin rimar.
Que los colchones se quejan,
se agrietan...
Se llenan de perplejidad
sonde la gran mayoría se clavan alambres
y solo unos cuantos hacen que miles
se mueran de hambre.
Porque ilusiones nos venden
en frascos de mentira
y nadie camina,
el mundo se calla
mientras rompen nuestras alegrías.
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