Miradas de odio.
Rencor sobre la mesa,
hipótesis de vidas ya lejanas,
frágiles miradas
que se rompen como tejas
y devuelven al corazón un trocito de dolor.
Saber y no pensar,
pensar y no saber.
Rencores que se esconden,
alegrías que se anhelan.
Perder siempre teniéndolo todo,
tenerlo todo siempre perdido.
Problemas sin resolver
arrastrados desde el ayer,
abandonados en un terraplén
para ya nunca volver.
No entender nunca nada
No hay comentarios:
Publicar un comentario